- ¡Me gusta la idea de ver la vida como un almuerzo!-exclamó Iris-. ¿Y yo? ¿Qué tipo de plato soy?
Le pareció que le temblaba la voz, como un adolescente que se declara por primera vez, al decir:
- Tú eres un bol repleto de arroz blanco.Algo que nunca puede faltar.Sencillo pero nutritivo.
Ni muy cargante ni muy ligero. Valioso en su propia naturaleza, ya que tiene la capacidad de absorber todos los sabores de la vida.
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